Sexta derrota consecutiva de un Lagun Aro GBC completamente desconocido. Alguien debería pegar un puñetazo sobre la mesa para poner las cosas en su sitio, porque hay asuntos que no tienen explicación.
Llevamos varias semanas sin publicar reflexiones de lo que se ve desde el tendido 9 de Donostia Arena 2016. Sin embargo, en estas semanas la cosa no es que haya cambiado en demasía, y si lo ha hecho ha sido a peor. El equipo está muerto, no reacciona, se está viendo incapaz, no es ni la sombra de lo que fue en el tramo inicial de la temporada. Vamos cuesta abajo y sin frenos y al público se le empieza a agotar la paciencia.
Esta vez ha sido una sonrojante derrota ante un Fuenlabrada escaso de efectivos, que ha perdido a Batista y que estaba tocado tras la no clasificación para la Copa en el último suspiro. Pero llegar a Illunbe ha sido para ellos como una especie de salvación en la que a costa de un Lagun Aro que, últimamente, no se entera de nada, han revivido. Porque no tendrán a Batista, pero Biyombo y Guardia se salieron; Kus y Colom nos aniquilaron desde fuera y Rabaseda fue todo un espectáculo.
En el otro bando, la floja defensa - por no decir inexistente -, el nulo ataque, y la falta de recursos para hacer frente a las adversidades que se iban presentando según avanzaban los minutos, eran la tónica dominante. No es comprensible como Salgado ha desaparecido, Doblas ya no es el que era, Miralles sigue dando pero no lo suficiente, Panko es una sí otra no...Por no hablar de que Jimmy Baron las mete de todos los lados, pero a la hora de defender al escolta rival no puede, o de la aportación de un Lorbek al que se ve alicaído.
Pero el verdadero expediente X, esa situación que no tiene explicación alguna, la protagoniza Nikoloz Tskitishvili. Ya ha dejado de contar para Pablo Laso, y no juega ni un solo minuto. Tener a un tio como "Skita", que ha jugado en la NBA, en el banquillo agitando la toalla es inexplicable. Además, nadie habla de su situación, y eso de que es una decisión puramente técnica por circunstancias del partido no cuela. Y mucho menos, cuando estamos hablando de un 4 abierto que puede tirar de donde sea para desatascar el juego interior en un determinado momento del partido.
Hace poco hablábamos de Deja vú en lo que a la temporada se refiere. Pues bien, esta vez el deja vú viene en lo personal, porque la situación por la que atraviesa el georgiano ya la han pasado otros jugadores en años anteriores: Hace dos temporadas Andrade pasó de tener minutos en los que aportaba en defensa y en ataque con tiros exteriores a no jugar nada de la noche a la mañana sin que hubiera explicación; el año pasado fue Sergio Sánchez el que se vio en el banquillo de un día para otro para agitar la toalla; ahora le toca el turno a Tskitishvili. ¿Alguién tendrá que dar una razón convincente no?
Además, ya estamos con los rumores a vueltas. Laso ya no cuenta con el jugador georgiano, eso es evidente, y ya se dispara el rumor de que estamos buscando otro cuatro abierto para sustituirle. Teniendo en cuenta lo que se dijo, o por lo menos lo que dieron a entender en la Asamblea de Accionistas, ¿hay dinero para pagar el finiquito a Skita y fichar otro cuatro? Esta cuestión no es baladí. Se trata de un puesto muy importante en el esquema y estilo de juego de este equipo, que lo está notando en los partidos. Urge solución porque de lo contrario nos podríamos ver en breve en un agujero del que es muy difícil salir.
Ahora toca visitar Sevilla. Cajasol, un equipo que a priori debería estar más arriba, tampoco es que esté haciendo una gran temporada. Tiene algún que otro problema con algún jugador, y Katelynas podría terminar en el paro en breve. San Pablo es una cancha complicada, pero en algún momento tendrá que enderezar el equipo el rumbo si no quiere pasar apuros al final. Se antoja un partido trascendental, ya que de sumar la séptima derrota consecutiva, el 6 de febrero tendríamos que asistir en Donostia Arena a una final ante Menorca, cosa que no queremos, porque no estamos para sustos.
Así que toca a todos ponernos las pilas. Sí, a todos: jugadores, cuerpo técnico, directiva, afición y medios de comunicación. Si queremos que Donostia Arena vuelva a ser un fortín tenemos que poner todos de nuestra parte. Sólo así lograremos seguir teniendo partidos de la mejor liga de Europa en Donostia.
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