Un error de Markel al final del primer tiempo y otro de Prieto nada más comenzar la segunda parte le costaron muy caros a la Real. Aranburu se adelantó para la Real, Rossi le dio la vuelta al partido, y Muñiz Fernández se comió un claro penalty sobre Sarpong.
La Real volvió a comprobar en sus carnes lo que cuesta ganar partidos fuera de casa en primera división. Los txuri urdin volvieron a pagar otro peaje al cometer dos errores parecidos a los que cometió en otros partidos y terminar cayendo en un partido en el que, quizá, el empate hubiera sido lo más justo.
Pero el fútbol no entiende de justicia, y aunque la Real dio la cara en un partido que tuvo que afrontar con bajas significativas, recibió dos tortazos en dos jugadas en las que se vuelven a repetir dos errores que en una categoría como ésta suelen costar muy caros. De nuevo Prieto volvió a perder una pelota en el centro del campo por no soltar el balón a tiempo, al igual que sucediera ante el Sevilla, y que el Villarreal no perdonó. Antes, Markel perdió otro balón en circunstancias similares, que los amarillos también supieron aprovechar.
Aranburu volvió al once inicial de la Real, y volvió a marcar, esta vez de cabeza en un gol digno de un delantero centro. El azpeitiarra ocupó el puesto de Zurutuza en el centro de la línea de tres, dejando atrás, en la medular, a Rivas y Markel, una pareja inédita en las alineaciones de Lasarte, que destruyó el juego del Villarreal en el centro del campo. Además, Mikel González jugó en el lateral izquierdo para tapar a Rossi, Cani y Cazorla, que caían por banda, cumpliendo un partido más.
De este modo, Martín Lasarte optó por mantener el sistema buscando mayor contención en el centro del campo: Bravo formó en portería; Estrada, Ansotegi, Labaka y Mikel González jugaron en defensa; Markel y Rivas ocuparon la medular; Prieto, Aranburu y Griezmann fueron la linea de tres, y Llorente volvió a formar en punta.
En el Villarreal, Juan Carlos Garrido, que había mostrado un gran respeto por la Real, no escondió nada y alineó a todos sus efectivos. El técnico del equipo castellonense recuperaba a Cazorla y no dudó en alinearle de salida, en un once formado por Diego López en portería; Mario, Gonzalo, Musachio y Capdevilla en defensa; Bruno y Borja Valero en el doble pivote; Cazorla y Cani en bandas, y Rossi y Marco Ruben en punta.
Aranburu en racha
Fue el Villarreal quien tomó la iniciativa en el juego nada más comenzar el partido. El equipo amarillo tuvo la pelota y la jugó tratando de combinar entre líneas con cuatro hombres arriba que se movían dificultando mucho la labor defensiva de la Real. Al equipo txuri urdin le costó coger un poco el ritmo de partido, sobre todo a la pareja inédita Rivas-Markel, por lo que durante los primeros compases los donostiarras trataron de quitarse el balón como buenamente pudieron sin correr demasiado peligro.
Con el paso de los minutos el partido se fue abriendo, la Real se asentó y el encuentro se equilibró, aunque seguía siendo el Villarreal quien manejaba más la pelota. Pudo adelantarse en dos ocasiones la Real en el minuto 19, pero ni Aranburu, primero, ni Prieto después, supieron aprovechar la ocasión, y a la contra Rossi estuvo a punto de poner por delante al Villarreal; se topó con Bravo.
No fue hasta diez minutos después cuando llegó el primer gol del partido. Con el partido abierto y ambos equipos tratando de cercar el área contraria, Estrada subió la banda derecha para poner un centro al segundo palo. Hasta allí cayó Llorente que de cabeza asistió a Aranburu, que entrando desde atrás cabeceó para dar el balón en el larguero y tras dar en la espalda de Diego López colarse en la portería. Tercer gol en dos jornadas del azpeitiarras, que parece pasar por un buen momento.
Dos errores casi seguidos
La alegría duró diez minutos a la parroquia txuri urdin. El Villarreal siguió apretando como hasta antes del gol, y tanta insistencia terminó por tener recompensa. Markel Bergara terminó perdiendo un balón que le había costado una barbaridad de la defensa de la Real sacar de atrás. Cazorla recuperó la pelota, vio el desmarque de Rossi entre los dos centrales y le dio un pase para que, a placer, fusilara a Claudio Bravo.
Con el empate, que se antojaba justo visto los méritos de ambos en la primera parte, se llegó al descanso. La fatalidad hizo que en el primer minuto de la reanudación, el Villarreal volviera a aprovechar otro error de la Real a la hora de sacar el balón, para dar la vuelta al marcador. Al igual que sucediera dos jornadas atrás, Xabi Prieto se llenó de balón, lo sacó desde atrás sin buscar el pase, hasta que lo perdió en una situación peligrosa. Cazorla volvió a recuperar la pelota, volvió a asistir a Rossi, que con un toque magistral batió, de nuevo, a Bravo.
En los minutos posteriores al segundo gol amarillo, el Villarreal pudo matar el encuentro. Cazorla con un disparo al larguero primero, y Cani poco después, pudieron haber marcado el tercer gol y haber cerrado el partido. Estos dos fallos permitieron a la Real respirar, despertar, y volver a poner emoción al partido. Tamudo y Sarpong entraron en el terreno de juego por Llorente y Markel para buscar más verticalidad.
Penalty y debut de Illarramendi
Al poco de saltar al terreno de juego, Sarpong pudo convertirse en protagonista del partido. En una internada por banda derecha fuer derribado por Musachio dentro del área de forma clara. Sin embargo, Muñiz Fernández no señaló penalty ante la miráda atónita del holandés. Un fallo del colegiado asturiano que hubiera cambiado el devenir del encuentro, ya que la jugada de la polémica sucedió en el minuto 19 de la segunda parte.
Desde entonces, el Villarreal dio el balón a la Real y le esperó en el centro del campo para tratar de robar y salir a la contra con la rápidez de Cani, Rossi, Cazorla y Marco Ruben. Cani pudo poner el 3-1 en el minuto 24, y Griezmann a punto estuvo de conectar un pase de la muerte con Tamudo en el 26. Había partido.
Lasarte, quería dar más velocidad a la salida de balón desde el centro del campo. Echó una mirada a su banquillo y encontró a Asier Illarramendi. El canterano, que desempeña dicha labor en el Sanse y que fue convocado para suplir la baja de Elustondo, debutó en primera división, y se puede decir que cumplió, aunque el equipo no logró con él el efecto que buscaba el técnico uruguayo.
Los minutos pasaron muy rápidos, y la Real terminó claudicando ante un ordenado Villarreal, que terminó poniendo todos los efectivos disponibles en el banquillo para evitar sustos de última hora. Así, el encuentro terminó cayendo del lado del Submarino Amarillo, que se reivindica en sus aspiraciones de ser tercero, mientras la Real continúa en la mitad de la tabla, aunque pierde un punto sobre los puestos de descenso.
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