Acariciando la salvación

La victoria del domingo ante Regal Barça junto con la derrota de Xacobeo ante Cajasol de ayer, permiten a los donostiarras acariciar la salvación de forma matemática.

Desde que a principios de año la temporada se torció para Lagun Aro GBC, desde que desapareció el sueño de jugar la Copa del Rey, el camino de Lagun Aro GBC y de sus seguidores a sido tortuoso, lleno de desilusiones, de cabreos, de partidos indignos, que pueden tener un final feliz. ¿A que parece utópico?

La mala marcha de Xacobeo Blu:sense ha permitido vivir de rentas a los donostiarra, que lograron ganar a Alicante y Murcia para respirar un poco ante el acoso gallego, antes de regresar a la competición en cuerpo y alma para tratar de finiquitar la salvación, que parecía segura al final de la primera vuelta, pero que se tornó en ansiedad con el devenir de la segunda.

Fueron partidos de probaturas, de diferentes tácticas, de decisiones no muy acertadas, para finalmente volver a confiar en la vieja guardia, en los hombres LEB, en quienes devolvieron al GBC a la ACB. Laso dio a Uriz los galones de un equipo perdido en el mundo ACB, y con él el equipo reaccionó. Hopkins, Doblas y Panko le secundaron. Miralles se apuntó al carro y encendió su "bluetooth" - ese que tanto se decía desde los medios que tenía con Uriz - para volver por sus fueros. Hasta Barbour comenzó a defender y a jugar en equipo, aunque a veces seguía pecando de individual.

Así, el equipo fue mejorando; ganó en casa a DKV Joventut, perdió por la mínima ante Estudiantes en un buen partido colectivo lastrado por un final desacertado, y llegó la campanada, ante el rival al que todos querían ver por su espectacularidad, por ser, actualmente, el mejor equipo de Europa. ¿Que el Barça vino de vacaciones? Es posible, pero aún y todo hay que ganarle, y el partido de Lagun Aro GBC fue encomiable. Se aplicaron todos, seguramente por ese punto extra de motivación que da jugar contra el líder, contra el equipo más en forma de la categoría, y con las cámaras de TVE por primera vez en Donostia Arena. La mejoría del equipo merecía un partido así, para que se crean que son un buen grupo, que puede jugar como lo hizo a principio de temporada.

Ayer, tras la victoria ante el Barça, los aficionados se levantaron pensando en Xacobeo, que tenía un partido complicado ante el Cajasol de Sevilla, equipo de puestos de play off. Los gallegos jugaban en casa, en un Fontes do Sar abarrotado, con una afición volcada buscando el milagro de permanecer, aunque las últimas semanas han visto como la lesión de su estrella, Vasileiadis, ha dejado al equipo cojo. Los dirigentes de Xacobeo, han gastado y gastado en refuerzos, hasta llegar a contratar 21 jugadores esta misma temporada, en un intento desesperado por mantener la categoría a la que llegaron este mismo año tras la decisión de la justicia de devolverle lo que en la temporada 1989-1990 le quitaron.

Los gallegos plantaron cara a Cajasol durante el primer cuarto, hasta que los de Joan Plaza comenzaron a despegar en el marcador para terminar ganando cómodamente en un partido en el que tuvieron ventajas de hasta 20 puntos. De este modo, Lagun Aro GBC logra tres partidos de renta a falta de cuatro jornadas para el final. El calendario, además, sonríe a los guipuzcoanos que, a priori, tienen enfrentamientos menos complicados que los gallegos. Bastaría con ganar en Valladolid y que Xacobeo no lo hiciera en Valencia, o hacer lo mismo que el equipo de Compostela los dos próximos partidos para mantener un año más la categoría en la élite.

Lagun Aro GBC acaricia, pues, la salvación. Aún así, esta temporada debería suponer un punto de inflexión en todos los ámbitos que rodean al club. Mantener un equipo en la élite cuesta mucho dinero; soñar con logros mayores, aún más. El modelo que lleva el club donostiarra podría ser discutible, pero no estaría de más mirar a otra serie de clubes de la misma categoría, que con presupuestos similares o menores que el que manejan los dirigentes del GBC, logran hacer temporadas muy dignas e incluso pelear por puestos de play off. Tocará arrimar el hombro a todo el mundo para seguir teniendo baloncesto del bueno en Donostia, ese al que ya nos estamos acostumbrando, y que seguimos queriendo ver muchos años más.