La tormenta perfecta (2-0)

La Real vence al Almería en Anoeta en un partido marcado por el aguacero que cayó al final de la primera parte y que no permitió la práctica normal del fútbol. Zurutuza y Tamudo ejercieron de tifón y guiaron a la Real a la novena victoria de la temporada. Ansotegi marcó el primero, Tamudo sentenció, y Demidov debutó como txuri urdin con buena nota.

Bajo el intenso aguacero, con el césped completamente anegado por el agua y con un horroroso arbitraje del colegiado aragonés Clos Gómez, la Real sacó un partido de vital importancia adelante. Y lo hizo al ritmo de lo que quiso Zurutuza, que se adaptó como pez en el agua a las condiciones climatológicas, y con la pelea de Tamudo, que en su vuelta a la titularidad marcó el gol de la sentencia y asistió a Ansotegi en el minuto 45 de la primera parte para que el de Berriatua marcara el primero. Zurutuza y Tamudo conformaron la base de la tormenta perfecta que terminó dejando los tres puntos en casa.

Se impuso en líneas generales el juego de los donostiarras que dominaron el partido durante casi todo el encuentro. Por fin supo contener la Real a su bestia negra, Ulloa, que pudo haber seguido ostentando dicho cargo cuando con el empate a cero en el marcador aprovechó un error de Bravo en el despeje para plantarse delante del cancerbero chileno. Sin embargo, su balón se estrelló en el palo, en una jugada que pudo cambiar el rumbo del partido.

Desde ese instante la Real se hizo con el mando y volvió a ser el equipo solvente que acostumbra a serlo en casa, a pesar de que el arbitraje de Clos Gómez le pudo costar caro – no pitó tres penaltis a favor de los donostiarras – y de las condiciones adversas en las que se disputó el encuentro en su segunda parte.

Da cierta tranquilidad ver cómo Tamudo suplió a la perfección la baja de Llorente, cómo un jugador como Zurutuza se echó el equipo a sus espaldas en la segunda parte para conducirlo a la victoria, y cómo la defensa de la Real se mostró solvente y ató en corto al juego de ataque rápido conformado por jugadores como Crusat, Uche, Piatti y Ulloa.

Lasarte continuó con el esquema habitual, y tal y como se esperaba De la Bella volvió al once y Elustondo formó pareja con Rivas en la medular en un equipo inicial formado por Bravo en portería; Estrada, Ansotegi, Labaka y De la Bella en defensa; Rivas y Elustondo en el doble pivote; Prieto, Zurutuza y Griezmann en la línea de tres, y Tamudo en punta.

Por su parte, Jose Luis Oltra no guardó nada y planteó un partido a la ofensiva con cuatro hombres arriba que pueden intercambiar posiciones para crear auténtico pavor entre las defensas rivales. Diego Alves formó en portería; Michel, Marcelo Silva, Carlos García y Jakobsen fueron la línea defensiva; Bernardello y Mbami conformaron el doble pivote; por delante Uche, Piatti y Crusat intercambiaron posiciones, y Ulloa fue la gran referencia.

Ansotegi primer defensa en marcar

La lluvia hizo acto de presencia en la primera parte para protestar por el calamitoso arbitraje de Clos Gómez, que no sólo se confundía cada vez que había alguna jugada polémica, sino que se comió, literalmente, tres penaltis claros a favor de la Real. Hasta entonces, el partido no presentaba mayores complicaciones. Era más bien aburrido, sin dominador claro, aunque parecía que la Real quería llegar más.

El Almería trató de salir a la contra con cuatro rápidos jugadores – Uche, Crusat, Piatti y Ulloa - y pudo incluso adelantarse en el marcador. Crusat, Piatti y, la más clara, Ulloa tuvieron tres oportunidades para poner por delante a los de Jose Luis Oltra. Sin embargo, la de Crusat se marchó desviada, la de Piatti acabó en las manos de Bravo, y la de Ulloa estrellándose en el palo, tras un mal despeje del portero chileno, que se dio la vuelta para pedir apoyo a la grada, que le dedicó algún que otro silbido.

Fue mediado el primer tiempo cuando llegó la polémica y el despertar de la Real. Clos Gómez no vio penalty en un empujón dentro del área sobre Rivas. Poco después tampoco interpretó mano dentro del área en otro centro desde la derecha. Y, finalmente, no vio cómo arrollaban a Tamudo dentro del área en un centro desde la izquierda. Todo ello enfervorizó a la grada y al equipo txuri urdin que, de la mano de un exquisito Zurutuza, le puso otro ritmo al partido, llevando mucho peligro a los dominios de Diego Alves.

La Real no desistió hasta el pitido final, y tanta insistencia terminó teniendo su premio. Se cumplía el minuto 45, cuando tras un córner Tamudo recibía un balón dentro del área. El delantero catalán estaba escorado en la izquierda, vio a la perfección la entrada de Ansotegi, que había subido previamente a rematar el córner y le puso un balón en la cabeza con una precisión máxima para que el de Berriatua sólo la tuviera que empujar con la cabeza al fondo de la portería. La Real se marchaba al descanso con un premio más que merecido, visto el juego desplegado los últimos 20 minutos de la primera parte.

Zurutuza se impone, Tamudo decide

El diluvio universal llegó al estadio de Anoeta con el intermedio y en la reanudación no cesó, lo que repercutió negativamente en el espectáculo futbolístico. El balón apenas rodaba, los futbolistas de ambos equipos se lo dejaban atrás, por lo que practicar el fútbol se antojaba misión imposible. El desgaste físico hasta el final del encuentro iba a ser máximo.

En esos minutos en los que cualquier cosa podía pasar, y en los que un error provocado por el estado del césped podía echar al traste todo el trabajo realizado, apareció Zurutuza. El de Rockefort dio una lección a propios y extraños de cómo se juega a esto en condiciones adversas y se convirtió en el jugador más destacado. En la primera parte ya había tenido su protagonismo, pero fue quizá tras el descanso, cuando su pelea, su juego y su calidad, tomaron más presencia.

Avisó Zurutuza nada más salir con un disparo desde la frontal. Al trabajo del 17 txuri urdin, se unió el de Tamudo. El catalán se puso bañador de jugador de waterpolo y actuó de boya – delantero centro en este deporte – siendo una pesadilla para la defensa rival. De hecho en el primer cuarto de hora tuvo dos oportunidades para marcar el segundo gol realista, pero en la primera Carlos García se la quitó de la cabeza cuando iba a rematar a placer, y en la segunda cayó al suelo antes de rematar tras forcejear con el mismo central en el gran charco que era el área.

Con el paso de los minutos el desgaste físico provocado por la situación del césped comenzó a ser patente. Jose Luis Oltra optó por meter fuerza en el terreno de juego y sacó a Goitom. Acto seguido, Lasarte reaccionó e hizo debutar a Demidov para dar más consistencia a la zaga. El internacional noruego dejó una buena impresión en los primeros minutos que disputó con la camiseta txuri urdin, en los que despejó bien con la cabeza y se mostró expeditivo a la hora de cortar el balón.

La Real siguió imponiéndose sobre el terreno de juego. Era el momento de matar el partido, el de rematar la faena. Era momento para un jugador como Tamudo. El delantero txuri urdin, un auténtico ratonero del área, no desaprovechó su oportunidad y en un pase que le vino desde la izquierda puso el pie para desviar dentro del área pequeña el balón al fondo de las mallas. El cuarto gol del ex espanyolista no pudo llegar en mejor momento. Sirvió para decidir y dar tranquilidad a un partido que se complicó con la meteorología.

Hasta el final el Almería lo intentó con balones largos a Ulloa que fueron despejados por la defensa donostiarra. Zurutuza pudo poner el tercero en el marcador, pero su mano a mano con Alves terminó con un tiro al muñeco. La Real no pasó demasiados apuros y cerró una trascendental victoria que le permitirá escalar puestos en la clasificación y mirar desde algo más lejos los puestos de abajo.

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