La Real Sociedad vence al Zaragoza en los instantes finales y da un paso de gigante a la permanencia. Tamudo adelantó a los donostiarras, Gabi empató de falta, y Aranburu marcó de volea desde fuera del área a dos minutos del 90.
El corazón pudo con la cabeza. De esta forma la Real terminó llevándose un partido raro, impreciso, de muchos nervios, en el que la tensión se cortaba con cuchillo por todo lo que había en juego. En medio de ese caos, con el partido empatado, el Zaragoza dando por bueno de forma incomprensible el empate, y la Real jugando con más corazón que cabeza, Mikel Aranburu apareció en la frontal del área para con la pierna izquierda aprovechar un rechace según le vino y, con la ayuda de un rebote, marcar el gol de la victoria.
Sólo en ese momento Anoeta estalló en una auténtica fiesta. La afición que llenó casi el estadio - alrededor de 27.000 espectadores - convirtió Anoeta en una caldera desde el pitido inicial y hasta el final con ánimos constantes a una Real que no hizo un gran partido, a pesar de lograr la victoria. Es verdad que en la primera parte, quizá, fue muy superior a un Zaragoza que pareció querer dormir el partido en todo momento, y se fue con ventaja; pero la caraja con la que comenzó la segunda parte, le pudo costar muy caro.
Fue tras el gol del Zaragoza cuando los donostiarras decidieron echar el resto e irse a por el partido, mientras el cuadro maño volvió a conformarse con el empate, que no solucionaba, ni mucho menos, los problemas clasificatorios de los de Javier Aguirre. El corazón que le echó la Real, pudo con el fútbol de toque y cabeza, pero terminó siendo decisivo para lograr tres puntos que pueden valer una permanencia.
Mikel González fuera
Finalmente, Mikel González no se recuperó del todo de las molestias que venía arrastrando desde el partido de Valencia, por lo que fue quien quedó fuera de la lista. De este modo, Lasarte dio los galones de la defensa, de nuevo, a Ansotegi, que volvió a formar pareja de centrales con Demidov. Por lo demás, el entrenador uruguayo confió la suerte de su equipo a su once tipo: Bravo en portería; Carlos Martínez, Ansotegi, Demidov y De la Bella en defensa; Rivas y Aranburu en el doble pivote; Prieto, Zurutuza y Griezmann en línea de tres, y Tamudo en punta.
Por su parte, Javier Aguirre, no guardó la ropa, y alineó a Doblas en portería; Lanzaro, Jarosik, Da Silva y Paredes en defensa; Ponzio,Gabi en el centro del campo; con Lafita,Ander y Bertolo por delante, y Uche en punta.
El partido comenzó con la intensidad que se preveía por parte de la Real. Los donostiarras salieron a intentar desequilibrar la balanza desde el pitido inicial, y llevaron peligro en los primeros minutos a la portería de Doblas. Iglesias Villanueva, que no realizó un buen arbitraje, anuló nada más comenzar de forma correcta un gol a Tamudo por fuera de juego. El delantero de Santa Coloma estaba en posición antirreglamentaria cuando desde la derecha Carlos Martínez le puso un buen balón.
Poco después se resarciría el delantero catalán de la Real. Antes, el Zaragoza, que trataba de mantener el partido dormido, salía a la contra con rapidez, lo que provocó dos tarjetas amarillas en la Real. Xabi Prieto, tuvo su oportunidad, también, antes de que Tamudo abriera la lata. El donostiarra no estuvo listo cuando Doblas, tras fallar en un despeje, le agarró de forma descarada de la camiseta.
Siete minutos después, en el 23, Tamudo volvió a demostrar que el título de más listo de la clase es suyo, cuando de un despeje de los centrocampistas txuri urdines sacó petróleo. El de Santa Coloma de Gramanet, corrió más que Doblas, aprovechó la salida en falso del guardameta, le dribló y cruzó el balón entre dos defensores que bajaban como una exhalación para abrir el marcador.
Hasta el descanso, los nervios se adueñaron del partido, y más cuando el colegiado anuló un gol legal de Uche a instancias de su asistente que interpretó fuera de juego de Ander Herrera, que partía en posición legal.
Aranburu al rescate
En la reanudación el partido cambió. El Zaragoza, que siguió durmiendo el partido, aprovechó que la Real salió completamente despistada, y comenzó a ganar metros a los donostiarras, a la vez que se adueñó de la pelota. La Real no tiraba bien la línea del fuera de juego, y el equipo maño trató de aprovecharlo con pases entre líneas de Lafita y Ander Herrera, a Uche, que falló un mano a mano con Bravo.
Ese fue el aviso del Zaragoza, que no desperdició una falta, quizá absurda, de Mikel Aranburu en la frontal de área escorada hacia la izquierda. Gabi, con un disparo magistral empató el partido, y provocó que la grada tuviera que hacer un esfuerzo extra al titánico que estaba haciendo para mantener a los de Lasarte en el partido.
El partido se volvió loco, se convirtió en encuentro de ida y vuelta, y pudo haber caído de cualquier lado. Tuvo varias oportunidades la Real, aunque la más clara fue para el Zaragoza, que falló a portería vacía cuando se mascaba la tragedia sobre el estadio de Anoeta.
Y cuando parecía que el partido estaba resignado al empate, a la salida de un córner, Mikel Aranburu acudió al rescate de la Real. El cuero salió rechazado por la defensa, le cayó a Aranburu, que la golpeó segun le vino con pierna izquierda, dio en un jugador, y despistó a Leo Franco, que había sustituido a Doblas por lesión, que no pudo hacer nada.
De este modo, los donostiarras lograron sumar tres puntos que pueden ser de permanencia, y que les permiten dormir con cinco puntos de ventaja a falta de seis por disputar.
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