La derrota frente a Meridiano Alicante ha dejado, sin duda, una sensación entre los aficionados de bajón del equipo alarmante. Una película que ya tenemos vista, con rajada del entrenador y discusión a pie de pista.
Según iba avanzando el partido las sensaciones que transmitía el equipo a la grada, o por lo menos a los que vivimos en el Tendido 9, eran bastante preocupantes. Por segunda jornada consecutiva los nuestros estaban desacertados en el tiro, faltos de dirección y superados por la defensa rival. Ni los tiros claros entraban. Ver a Lorbek fallar dos triples completamente solo y con tiempo, o a Salgado errar lanzamientos que habitualmente anota, o a Panko muy lejos de sus registros anotadores, aunque ayudando en otras facetas como el rebote, preocupa.
Pero lo que peor sensación dejó, quizá, fue fijarse en los dos banquillos y ver la actitud de uno y otro entrenador. Mientras Txus Vidorreta parecía que tenía en todo momento el partido controlado, y que jugaba con los tempos del mismo a su antojo, en el bando contrario veíamos a un Pablo Laso inseguro, discutiendo airadamente con Panko, y tomando decisiones cuanto menos extrañas o que el resto de asistentes al pabellón no entendían.
Vamos al ejemplo más flagrante, y que comentan nuestros compañeros en la crónica del partido. Minuto 32, esto es, 8 minutos para el final, Baron anota un 2+1 y el partido se pone 45-48. Laso decide quitar a Baron, que estaba siendo el que, junto a Miralles que también pasó varios de esos minutos decisivos en el banco, estaba tirando del carro en la anotación. En rueda de prensa, el entrenador gasteiztarra afirmó que Baron le había pedido el cambio. Hasta ahí todo correcto y si es así el cambio está justificado. Sin embargo, ¿tenía que tenerlo seis minutos de juego en el banquillo? Seis minutos en baloncesto son una eternidad, por lo que para cuando se dio cuenta que el americano seguía en el banco el partido ya estaba muy cuesta arriba, por no decir decidido.
Ahí dejamos la pregunta. Fue el factor decisivo del partido, junto con lo errático que estuvo el equipo en general en el tiro. Un jugador como Baron puede haber pedido el cambio, pero no se le puede tener seis minutos de juego en el banco, porque el trabajo hecho puede ir por la borda. Y es que entre Baron y Miralles habían remontado el partido en el tercer cuarto tras una primera parte desastrosa. El partido terminó mal, porque la ley de murphy dice que la tostada siempre cae por el lado de la mantequillo, y claro, lo que mal empieza pues mal acaba.
Porque el inicio del partido con siete puntos en todo el primer cuarto fue también clave en el devenir del encuentro. Los fantasmas del partido de Unicaja, en el que el tiro tampoco entró, volviero a aparecer y al equipo le surgió la ansiedad, y así no hay nada que hacer. Es como si desde que se empezó, hace unas jornadas, a hablar de la Copa - esa palabra que los contertulios de esta casa no quieren citar en las tertulias - el equipo ha vuelto a tener el mismo bajón que sufrió la pasada temporada tras un inicio también prometedor.
Pero la que podríamos denominar como "crisis" del equipo se vio más agudizada todavía, cuando en sala de prensa Pablo Laso afirmó que había jugadores más preocupados por el rendimiento personal que por el del equipo. Claro, resulta que lo que parecía rosa y buen rollo cuando las cosas iban bien dadas, ahora se torna negro y tenemos mal rollo. Que lo aclaren. Porque no creo que una discusión entre Panko y Laso, que intercambian muchas opiniones a lo largo de los partidos, o eso es lo que desde la grada se ve, no es posible que sea el desencadenante de semejante reacción. La bronca que tuvieron entrenador y jugador la vio todo Donostia Arena 2016. Por eso, urge aclaración.
Lo que no hay que hacer ahora es volverse loco. El bajón de juego del equipo es preocupante, pero se le puede dar la vuelta. El problema es que este año la liga está más pareja que nunca. No hay equipos desahuciados como otras temporadas a estas alturas, por eso hay que seguir luchando para mantener las tres victorias de margen sobre el descenso, porque no tenemos que olvidar que el objetivo principal de este equipo es mantenerse en ACB.
El calendario hasta el final de la primera vuelta nos depara tres partido muy complicados, dos contra equipos de alto nivel como Caja Laboral Baskonia y Regal Barça y otro, entre medias, contra un rival directo por la permanencia como CAI Zaragoza. Hay que levantar cabeza ya, porque de lo contrario volveremos a vivir experiencias que creíamos pasadas, cosa que no queremos, porque esa pelicula ya la tenemos muy vista.
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